sábado, 9 de mayo de 2009

Oicaroh


Nombre raro. Raro el tipo.
Ese que sufre por muchos.
Idealista, poco práctico.
Ese tipo que a veces escucho.

Escribe para salir de varios pozos.
Llora para no ahogarse.
Es dueño de alquimias y de despojos.
Nunca va a reconciliarse.

Sensible, mano abierta,
Dibuja, cree en nuestra propia justicia.
Su soledad sueña, no despierta.
A veces patina, a veces desquicia.

Ese que camina codo a codo conmigo.
Que ama no por los jazmines sino por su perfume.
Es más abogado que juez o que testigo,
y, que más que lo que debiera, mucho asume.

Oicaroh persigue sus nueve lunas.
Milita por mí y por muchos otros.
Amó de a poco y también de una,
trata de arreglar sueños rotos.

Hace muchas cosas, pero menos que las que insinúa.
Gambeteó, orgulloso, tres veces a la muerte.
Ese tipo es mi revés, lo mejor de mí, mi capicúa.
Pero, la verdad, no se si me trae suerte.

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