viernes, 8 de mayo de 2009

Marx


“La inteligencia militar es una
contradicción en los términos” Marx.
Cuando uno escucha hablar de servicios de información tiende a pensar que son algo relativamente nuevo. Que los policías y militares se dedican a espiar y seguir a las personas, con sueldos pagados por esas mismas personas, desde hace pocos años y la verdad es que no es así.
Lo hacen desde hace al menos hace dos siglos. Y por supuesto, como es de esperarse, son defensores a ultranza del que todo siga igual. De esta forma siguen y espían a las personas y organizaciones que pueden llegar a ser “peligrosas”para el gobierno y el poder de turno, que terminan o nacen siendo lo mismo.
La mayoría son perseguidos por sus ideas políticas. Revolucionarios, o solamente de izquierda, artistas comprometidos o que están solos, escritores, o sino como sucedió durante el siglo XIX. Los perseguían por pretender acabar con los sistemas monárquicos y pelear por los derechos de los que nada tenían.
Ésta es la historia de un informe que fue realizado entre las décadas del 50 y del 60 y sostenido entre sus manos por el policía encargado de seguir a uno de los hombres más odiados por los que manejaban el sistema político durante los cuales esta persona vivió. Odio que sigue, un poco mitigado, aun a tantos años de su muerte.
Luchador incansable en lo suyo. Hombre de convicciones muy fuertes revolucionó mucho en los ambientes en que vivía.
El informe era escueto y el oficial debía ir completándolo. La tapa de cartón sólo tenía su apellido: Marx. Parece que ya con eso alcanzaba para identificarlo, y de hecho así era.
Escrito con trazos duros y casi infantiles las cuatro letras de su nombre ya causaban escozor en el policía, en sus pares, sus superiores. Aunque la mayoría de los trabajadores del mundo que fueron sus contemporáneos no oyeron hablar de el.
Se lo solía ver con un habano en la boca, y fue retratado casi siempre con el pelo revuelto y con gesto adusto. Así, de hecho, era la foto ajada en blanco y negro que encabezaba el legajo.
La biografía comenzaba aclarando que era judío.
Que se hizo el bar mitzvah, y que su religión, a la que durante su vida adulta jamás dio importancia, era una de las explicaciones para su conducta adulta y política.
Luego el escrito cita un comentario del joven Marx sobre cuando a su hijo, por ser su padre judío, no lo dejaban entrar a un natatorio. Como su mujer no compartía su religión fue hasta el club y dijo: “siendo mi hijo de padre judío y de madre no judía ¿no puede meterse sólo hasta las rodillas?”.
Cultor de un humor muy irónico, en su lápida hizo colocar la frase: “Disculpen que no me levante”.
De toda la sociedad y sus valores se mofaba.
Obviamente fue comunista, está de más decirlo, y el expediente decía textualmente que se lo seguía:” en interés de la defensa nacional en relación a políticas exteriores”.
Hombre de una voluntad de hierro a veces decía en broma: “Si no le gustan mis principios tengo otros”. Aunque todos quienes le conocían sabían que sus principios eran inquebrantables.
Fue defensor de un militante político ingles llamado Tom Mooney el cual era un líder laborista. Había sido acusado como autor de un atentado político en el cual murieron diez personas.
Cierta vez burlándose del viejo dicho que decía:” Al que madruga Dios lo ayuda”, respondió:” Eso es una paparruchada. La mayoría de la gente rica que conozco prefiere dormir hasta el mediodía y es capaz de despedir al criado si se les molesta antes de las tres de la tarde. Decidme, os lo ruego ¿qué tipo de personas se levantan al alba? Policías, bomberos, conductores de autobús, basureros, dependientes y otros de las clases más humildes”.
Cierta vez burlándose de uno de los pilares de la sociedad dijo:
” El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución”
El informe hecho por distintos efectivos de inteligencia del estado, en defensa del interés nacional, cita que tuvo muchísimos amigos comunistas y sobre su peligrosidad como disolvente de la identidad del país comentando que en una oportunidad en lugar de decir United States dijo “The United Snakes” (juego de palabras entre dos términos cuya pronunciación es muy parecida: states y snakes). Snakes significa serpientes.
El oficial terminó de leer. Se quito los lentes y quedo meditando unos instantes.
Tomó conciencia, aun más profundamente, de la peligrosidad de este revolucionario y olvidando su supuesta asepsia profesional se juramentó no dejar de seguir a este hombre ni a sol ni a sombra.
Escribió sus actividades para seguir a éste peligrosísimo señor y completó el dato que faltaba en la tapa del expediente.
Lo que faltaba el nombre que antecediera a ese peligrosísimo apellido: Marx.
Como es de imaginarse el nombre que faltaba es Groucho.

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