viernes, 8 de abril de 2011

Desalojo

Desalojo

Mi inquilina no cumple sus promesas.
Las relaciones están cada vez peor.
No me paga ni el alquiler ni las expensas.
Voy a hacerle juicio, aunque le tengo temor.

No siempre nos llevamos tan mal,
al contrario, al principio nos quisimos.
No hasta el punto de llegarnos a amar
pero, a pesar de todo, ¡sobrevivimos!

Últimamente descuida tanto el hogar,
ya no se preocupa por ninguno de los dos.
Solo llora por lo que le pasa
y no escucha ni mis lágrimas, ni mi voz.

La veo tan triste y abandonada
como a mi casa, que ocupa sin paz y sin calma,
que terminó por contagiarme las ganas de nada.

Tras tantos años de relación me rindo, y me desalma,
mandarle un abogado Ella será echada.
Voy a desalojar a mi alma.  

jueves, 7 de abril de 2011

dice

"Todos los caminos conducen a Trotsky"

Ese hombre


Ese hombre

Es muy tarde, y muy temprano. La noche era tibia y el silencio de la Luna escondida, ensordecía. Estaba corriendo muy dolorido por los techos solo, ese hombre. Algunos perros lo acompañan con sus ladridos pero no podía detenerse. Sintió el portón abrirse con el chirrido megafónico que tanto conocía y oyó varios coches salir quemando neumáticos. Seguro en el centro clandestino de detención ya se dieron cuenta de su huída.
Sigue corriendo, tropieza…–Eh, jefe, escuchemé

-¿Qué querés? dejame trabajar
-No se cansa de darme siempre personajes trágicos

-Callate la boca y seguí corriendo.
Ya falta poco para la avenida. Ahí, con suerte, tal vez pueda hacerse un auto, escapar, tiene gran parte del cuerpo quemado por la picana
-¿También me picanearon? Nunca un cuento sobre el amor, que estoy en un harén, que soy un pirata, o un poeta sensible que se gana montones de minas sensibles. ¡Siempre lo mismo! -¿Pero vos sos boludo o te hacés? Corré que te van a agarrar y me cagás el final.
Cuando lo secuestraron los milicos le rompieron el peroné de un golpe con un fierro y le cuesta mucho moverse.

-¿También eso me pasó? Ni siquiera escribe este cuento como Dios manda y explica quien soy yo. ¿Soy delegado de una fábrica, guerrillero, abogado?
- ¡Que te importa quien sos!, lo que sí parece que sos es un católico. ¡Lo que me faltaba, un personaje que se me para de manos y encima catolicucho!

-Entiéndame, es que me canso jefe. ¡Ni nombre me pone en sus cuentos! pero eso sí, en las poesías jamás aparezco. Todas las mujeres se las queda para usted. Usted es muy liberal pero nunca un trío, jejejeje. Seré un personaje pero tengo necesidades.
-Tus únicas necesidades son hacerme caso. Te van a agarrar, te van a llevar de vuelta al Centro de Detención, te van a torturar otra vez y sabés que no me gusta escribir sobre eso. Que me pongo mal. Después me voy a tener que inventar otro escape. Es todo muy traído de los pelos.
-¡Me oíste?¿Estás ahí?... Bueno

Llega a la avenida, por fin, -¿y?dale boludo movete, caminá

-¡Ni pienso! Esto está muy mal. ¡Me cansé!

-No me hinchés las pelotas porque apreto delete y fuíste.
-¡Ja!, eso me gustaría verlo. ¿Cuanto hace que nos conocemos ?¿15 años? En todo este tiempo nunca lo vi borrar a nadie, lleva todo su pasado consigo, en sus espaldas, como una mochila, en especial a sus mujeres. Y no me haga decir los porque a los poquitos que puedan leer esto. -Tenés un cacho de razón. No escribí quien sos, pero de algo estoy seguro: psicólogo seguro que no, así que no me psicoanalices.
-Hagamos un trato, cuénteme el final, un poco el desarrollo a ver si me engancho. Sino no me muevo. O peor, me entrego a los milicos y canto todo sobre usted

-¡¡La puta que te parió!! ¡¡¡No me provoques!!!

-No se olvide que se todo de usted. Conozco a sus amigos, sus amores. Se de sus debilidades.
-¡Así!
Estaban a punto de atraparlo y decidió hacer lo que le habían ordenado en su organización y que no pudo hacer antes. Se tomó la pastilla de cianuro
-¡De acáááááááá me la voy a tomar! Aparte ¿dónde la conseguí? ¿en el kiosquito? Pregunto: ¿por qué soy Monto? No se si quiero serlo y que le quede claro que no me voy a matar.
-Está bien.
Renguea ese hombre, casi, por la avenida, intenta detener un auto pero este acelera y se va, tiene miedo que no aparezcan sus compañeros. Se acerca un Dodge 1500 con las luces apagadas, se detiene. El plan de fuga había salido bien. Es la noche del primer martes del mes. Baja alguien del auto, el hombre intenta darle un abrazo pero el conductor se aparta casi con desprecio. Le dice en un mal tono que desde que cayó detenido los milicos reventaron una imprenta, un depósito de armas y que el sabía de ambos lugares. Que en la Orga saben que hubo un buche. Que se le hizo un juicio revolucionario y que se decidió…
- No, espere ¿qué me va a pasar? Yo, yo no fui, se lo juro. Me dieron máquina a más no poder, me rompieron la pierna en la tortura. No entregué a nadie, ni nada de nuestra infraestructura.
-Cumplo órdenes. Si bien el plan de fuga estaba armado por si vos u otros cuadros caían acá todos saben que es muy difícil escapar, me cuesta mucho creerte. Aparte siempre fuiste un díscolo, demasiado anarco para tareas insurreccionales, y eso sabés que no lo veo bien. Disculpame, vos sabés lo que va a pasar.
El conductor del auto saca lentamente un revólver de entre sus ropas. Lo conoce desde hace 15 años. Crecieron juntos en sus ideales, se aman tanto como se odian cordialmente. El hombre sabe de sus amores, sus dolores, ambos saben todo el uno del otro.

-No puede hacerme esto jefe. No va a poder vivir con el recuerdo. Déjeme ir por favor.

-Tenés que cumplir las órdenes. O te tomás la pastilla de cianuro (se la alcanza) o te borro yo mismo.

-No jefe, no lo acepto. Usted es mi responsable, haga lo que tenga que hacer, yo no le voy a facilitar las cosas.
La escena es muy tensa, dramática. Los milicos se acercan, no queda mucho tiempo. El hombre lo mira fijo a los ojos como suplicándole, mientras la va dando lentamente la espalda. Se aleja despacio, no sabe que puede pasar. Un paso, otro, cada vez un poquito más lejos. Renguea malamente, se va metiendo en la oscuridad del barrio. Escucha el ruido de una puerta al abrirse, un auto que arranca. El conductor pasa junto al hombre, saca su mano, simula un arma con el pulgar y el índice y hace como que le dispara, se oye una risotada y se aleja no muy rápido para no llamar la atención. Pero ese hombre y su jefe saben que la historia entre ellos no termina allí.
-Discúlpeme jefe que lo interrumpa. Ya pasó un tiempo del escape y usted también sabe lo que va pasar, nos conocemos mucho. Sabe que voy a buscarlo. No le creo lo del juicio revolucionario y que decidieron eliminarme. Usted no tiene los huevos para hacerme desaparecer. Me tiene bronca desde hace 15 años y esto lo vamos a arreglar como hombres, cara a cara. Y mientras resolvamos esto hágame el favor y no me vuelva a nombrar. Hasta la próxima jefe.

Ese hombre desde esa madrugada tiene un propósito: va a las marchas, se mete en mis poesías, estuvo en la represión en Terrabusi, husmea mis cuentos, todo para sacarme datos, para saber donde vivo.

Ese hombre me está buscando.

Me recordás


Me recordás


Me recordas el soneto que no se hacer,
al compromiso para el que no estoy listo,

la canción que siempre estoy por componer,

la revolución que aún no he visto.


Me recordás las decisiones del pasado
,
mi primer volante, los mitines,
los caminos felices y andados,
las mil y una noches, los jazmines.

Me recordás la casa que no tengo,

el Mayo francés, las barricadas,

al hijo que tendrá mi mirada,

al asalto al Palacio de Invierno
.

Me recordás al mar que se pierde en el cielo,

la justicia que querés que te cuente,
los cuentos que están siempre en celo.

Vos me recordás a vos misma, pero diferente

sábado, 2 de abril de 2011

Palabrotas


Palabrotas

Hijo de puta,
la puta que te parió,
la concha de tu madre,
de tu abuela, de tu hermana, de tu prima

hijo de recontra remil puta, malparido,


aunque: hambre, pobreza, opresión,

jueces, esplotación, tortura,
rati,
iglesia, Estado, plusvalía,
burocracia, patria, patrón,
dios,
femicidio, imperialismo,

esas, esas sí son malas palabras