domingo, 17 de mayo de 2009

Mas puño que letra

Fabricas tomadas y gobierno

Desde el diciembre de 2001 se viene dando un fenómeno muy particular. Al calor del cierre, toma por los trabajadores, y puesta en producción de cerámicas Zanon muchos establecimientos fabriles que son abandonados por los patrones, no sin antes intentar vaciarlos de maquinaria o liquidez monetaria y financiera, son tomados por sus obreros. Primero para evitar que los patrones se llevan la riqueza y dejen las perdidas para repartir y luego para ponerlas a producir.
Tras años de intentar desprestigiar a la actual Fasinpat, ex Zanon, por sus métodos de democracia obrera, solidaridad con la comunidad (donación de cerámicos, creación de salas de primeros auxilios, entrega de dinero para otros trabajadores en lucha) tanto desde todos los gobiernos como desde los medios de comunicación, estos lograron que muchos trabajadores confundieran Zanon con una cooperativa. Y no son lo mismo.
Los trabajadores neuquinos exigen la nacionalización sin indemnización y que la producción de cerámicos sea para beneficio del pueblo.
En cambio en las ultimas tomas (Arrufat, Disco de Oro, Fibotex, envases del Plata…) los trabajadores plantean la cooperativa. Dentro del sistema capitalista las cooperativas deben competir con las empresas y en la competencia van a perder. Y perdemos todos.
¿Y el gobierno como juega en todo esto? Hasta ahora al igual que los medios de comunicación ignorando a Zanon y sus movilizaciones para que la legislatura vote por fin la expropiación y pelear la nacionalización y por el otro interviniendo en los conflictos de dos grandes fabricas tomadas. Massuh en el sur del Gran Buenos Aires y Malhe en Rosario.
¿Cómo lo hace? Buscándole comprador a la autopartista rosarina y aparentemente nacionalizando Massuh, con fondos de la ANSSES y un crédito del Banco Nación por 5.000.000 de dolares para terminar de desligarse vergonzosamente de Papel Prensa a favor de su “archienemigo” Clarín.
Mientras las pequeñas fábricas no reciben apoyo económico, si social, de otros trabajadores, y terminan entre la espada y el hambre y entregándose a la trampa de la cooperativa donde parece que somos todos iguales pero, en el mejor de los casos, somos iguales a otro patrón, a otra fabrica, mientras el hambre sigue.
Pareciera que solo hay dos opciones. O Zanon o cooperativa.
Pilkington en Munro, FB en Florida, los delegados de DANA nos muestran que hay otro camino. Con decisión, democracia, organización y por sobre todo encontrándonos con otros laburantes.

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