jueves, 23 de febrero de 2012

En bondi y la via, Plan B Nª 4 (mensuario barrial de San martin y Tres de febrero), febrero de 2009

En bondi y la vía



Cuando se instalo en nuestro partido el complejo industrial de los Cirigliano muchos se esperanzaron ante la opción de nuevos trabajos. Estos principales operadores del transporte del país reciben del estado 20 millones de pesos anuales y empezaron con dos humildes líneas de colectivos. No es cuestión de creer o reventar sino de abrir bien los ojos.


En Savio 2750, Villa Maipú, partido de San Martín en lo que eran terrenos de la estatal Fabricaciones Militares, funcionan un grupo de empresas ligadas al transporte ferrocarril y colectivo.


Tras los muros los sordos ruidos son de sobres con dineros que van desde el gobierno y de vagones y colectivos hechos en buena medida con los 20 millones de pesos mensuales en subsidios generosamente regalan K y K. Y no hablamos de la demorada fabricación de 25 trenes de doble piso, licitación ganada por Em Fer empresa del grupo en febrero de 2008 por 980 millones de pesos y que rodarían por las vías de la línea Sarmiento en tres años, sino de la construcción de colectivos para el grupo Plaza. Estos funcionan con motores híbridos o con gas comprimido, con aire acondicionado, con fuelle para lograr mayor capacidad y se hacen para exportar a Ecuador, entre otros.


Otros ruidos, no tan sordos, son los de los trabajadores que tuvieron que tomar la fabrica el año pasado en dos oportunidades ante el intento de despido de obreros que estaban contratados.


En la planta donde se fabrican dos colectivos cada tres días, nombres como TBA, Cometrans, TAT, Safe Fligth, Plaza, Em Fer se mezclan, esconden y funcionan manejados por unas docenas de personas en escritorios en donde se superponen tareas y sellos. Pero como decía Menen ante las cuantiosas riquezas del Estado:”… vamos por partes”






“Había una vez:…”,






Esta historia podría comenzar así porque suena a cuento lo que contaremos, por ahora sin colorin colorado a la vista.


Todos tenemos padres, tíos, abuelos, y a nosotros mismos deslomándonos en nuestros trabajos y no logramos lo que los lobos, porque de Caperucita no tiene nada, lograron. Hablamos de los hermanitos Cirigliano siempre sospechados de ser testaferros de Franco Macri, y del heredero Mauricio, que figuran como dueños de gran parte del transporte urbano y suburbano.


Estor buenos muchachos poseen un record nacional difícil de batir por su geométrico crecimiento. De explotar dos líneas de colectivos porteñas


(dentro de la fabrica hacen correr el rumor que empezaron siendo humildes colectiveros), hablamos de las líneas 61 y 62, pasaron a monopolizar con su empresa, Automotores Plaza, el transporte de pasajeros de corta distancia en el área metropolitana, absorbiendo a competidores y a ex socios. Vale recordar que Macri fue el “inventor” de las maquinas de boletos para los bondis para “combatir la inseguridad y los robos”. Claro que antes de esto se garantizo la aprobación de dichas maquinitas por parte del gobierno y la compra de miles de maquinas las que entregaba a cambio de cuotas partes de los colectivos y/o de las líneas de colectivos.


Luego, liderando a un grupo de firmas colegas, se lanzó a la conquista del oeste del Gran Buenos Aires licitando para la línea Sarmiento de trenes en tiempos de privatizaciones y de amigos menemistas. Y por miedo a quedarse corto se quedó también con el Mitre, gracias a lo cual debería lidiar con un fallo judicial en contra que le imputó “discriminación” por transportar en condiciones penosas a sus pasajeros del Sarmiento y brindar una prestación muchísimo más digna en el Mitre, que va a la Zona Norte.


Aparte “los colectiveros” y el “chancho” Macri apostaron al mercado aerocomercial un par de veces. La primera cuando entró en crisis Southern Winds y la segunda pocos meses atrás, cuando la retirada del grupo Marsans de Aerolíneas pasaba a ser algo más que una hipótesis. Este nuevo negocio se materializa en Safe Fligth una aerolínea fantasma que funciona en Villa Maipú.


Y por si esto fuera poco también son dueños de las compañías de seguro LUA y Omega.






La plata gorda: ¿la hacen transportándonos como ganado?






El modelo de concesiones privadas para gestionar el transporte ferroviario metropolitano evidencia un contundente fracaso. Pero para las empresas del Grupo Plaza los resultados son otros. Con notable capacidad para relacionarse con el poder, siempre obtuvo del Estado lo necesario para sostener negocios deficitarios sin tener que pagar por las pérdidas. Tanto en el autotransporte como en los trenes, su principal ingreso fue y sigue siendo la cantidad de subsidios que recibe de manos del Estado. El Mitre y el Sarmiento, operados por TBA (Trenes de Buenos Aires) reciben del Estado 1,89 pesos por cada boleto vendido aparte de los que cobran por cada boleto en ventanilla al usuario o de multa por no tenerlo.


Las tarifas congeladas justificaron las compensaciones por mayores costos, al margen del subsidio mensual que reciben regularmente. El alza de la tarifa eléctrica, el aumento en los combustibles y las subas salariales fueron facturas que TBA como las otras concesionarias, juntó para pasárselas al Estado.


El reparto de subsidios entre las concesionarias ferroviarias creció exponencialmente en años recientes. En el caso de TBA, de 4,7 millones de pesos mensuales que recibía antes de la devaluación (en enero de 2002), hoy está cerca de los 20 millones. Apenas lo imprescindible para cubrir los costos operativos, incluido algún mantenimiento menor, aseguran.


Las inversiones en infraestructura también corren por cuenta del Estado, pero en este caso en forma directa. Se podría decir que es casi lo mismo, pero no lo es. Si TBA fuera la encargada de contratar a los proveedores de la infraestructura ferroviaria, no podría adjudicársela a sus empresas vinculadas. Pero como es el Estado el que licita, otra empresa de los Cirigliano, como Em. Fer. (Emprendimientos Ferroviarios), está habilitada para participar del concurso. Así lograron “ganar” la licitación por los 980 millones que comentamos al principio de esta nota.






Los pies en todos los platos






Macri también logro con sus nuevos socios chinos, la estatal Sanhe Hopefull, la explotación del Belgrano Cargas ( antes en manos de u gremio ferroviario) donde el Gobierno, siempre atento a las necesidades de los mas pobres, para facilitar la explotación se hace cargo de los sueldos de los casi 1500 empleados que tiene el ferrocarril. Además, la nueva empresa recibirá $ 22,5 millones mensuales (con un dólar a 3,04 pesos), de los cuales $ 4 millones se destinarán al pago de impuestos y el resto, a la operación del ferrocarril.


"Es un paso muy importante, porque salimos de un esquema donde todo estaba en manos de un gremio y vamos hacia otro mucho más democrático, con cuatro empresas y tres gremios", dijo el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. La "democrática empresa gerenciadora", como la definió Jaime, además de contar con Macri y los chinos, está compuesta por los grupos empresariales Emepa (operador de Ferrovías y la Hidrovía) y Roggio (Metrovías). Por el lado gremial también tendrán voz y voto dentro de la sociedad la Unión Ferroviaria, La Fraternidad y el Sindicato de Camioneros. ¡En que buenas manos quedo el Belgrano!










Y por si esto fuera poco el Gobierno aumentará los subsidios al transporte en $770 millones






Las empresas de transporte recibirán 6.200 millones de pesos en 2009. El monto de las subvenciones equivale solo este año a la mitad de lo recibido entre 2004 y 2008, o sea en cinco años.


En Metrovías, por ejemplo, por cada pasaje vendido el Estado aportará $2,03.


El tarifazo en el transporte no derivará en una reducción de los subsidios a las empresas del sector, algo que había sido prometido por el Gobierno al anunciar los aumentos en colectivos urbanos, subtes y trenes. Apenas un día después de que el ministro de Planificación, Julio De Vido, firmara los incrementos tarifarios de hasta el 30 por ciento, se distribuyó la pauta anual de compensación estatal para las firmas concesionarias. En ella se contempla un aumento del 13 por ciento sobre el monto que se ejecutó entre enero y diciembre de 2008. Son 6.700 millones de pesos en total, la cifra récord en subsidios de toda la era K. Ahora, curiosamente, la Casa Rosada dice que no pretendía “reducir” las compensaciones, sino “congelarlas”. El multidenunciado secretario de Transporte, Ricardo Jaime, defendió los aumentos tarifarios: “No ha habido otro Gobierno que hiciera tanto esfuerzo fiscal como éste y el anterior. Es la segunda actualización tarifaria en seis años de mandato”. Y explicó que las subas apuntaban a reducir en 800 millones de pesos los subsidios con la finalidad de mejorar el frente fiscal para este año. Pero lejos de ahorrar esos 800 millones, el Ejecutivo prevé distribuir más de 770 millones de pesos adicionales entre las concesionarias, a pesar del profundo deterioro que se observa en los servicios y el atraso en los planes de inversión que las empresas deberían afrontar.






El pasado 8 de enero, el ministro De Vido firmó la resolución 13/2009 que estableció el tarifazo. Al día siguiente, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, rubricó la Decisión Administrativa Nº 2/2009 que distribuyó las partidas presupuestarias para este año entre las distintas áreas del Gobierno. En la asignación de fondos del Ministerio de Planificación figura la partida para “formulación y ejecución de políticas del transporte” –eufemismo con que el Gobierno se refiere a los subsidios– por 6.722 millones de pesos. De ese total, 2.984 millones irán a las empresas de transporte automotor. El resto, 3.737 millones, para el sector ferroviario. En 2008, las operadoras del subte, los trenes y los colectivos urbanos habían recibido 5.952 millones de pesos. Es decir, 770 millones menos que lo que esperan embolsar este año.






Un negocio sobre ruedas.






Los subsidios estatales que reciben las compañías de transporte parecen ser uno de los muy escasos negocios que no resultan alcanzados por la crisis. Por ejemplo el litro de gas oil cada dueño de colectivo lo paga un 40 % de lo que figura en boca de surtidor.


Otro ejemplo a analizar es el caso de los Subterráneos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo, durante el 2008 usaron la red de subterráneos más de 285 millones de pasajeros. Debían ser 201 millones de pesos, si se los convertía en Subtepass vendidos a la antigua tarifa de 70 centavos. Pero gracias al aumento de 0,20 pesos que le otorgó el Gobierno, Metrovías (del grupo Roggio) contabilizó desde el primer día del año pasado casi 60 millones más. Sin embargo, una vez más, tarifas más altas no fueron equivalentes a subsidios más bajos. El 7 de julio del año pasado, Alberto Fernández amplió el presupuesto para los subsidios en 360 millones de pesos. De ese total, 40 millones de pesos fueron a Metrovías. Y el 15 de septiembre, la presidenta Cristina Fernández emitió el primer Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de su gestión para ampliar el presupuesto y destinó casi 1.880 millones de pesos más como subsidios a la caja del transporte. De ese monto, Metrovías recibió 85,4 millones de pesos. La concesionaria de la red de subterráneos terminó 2008 con un ingreso de 482 millones de pesos proveniente de “compensaciones tarifarias”. Según figura en la Decisión Administrativa Nº 2 de 2009, que lleva la firma de Massa, de los 6.700 millones de pesos previstos para subsidios, Metrovías recibirá en el presente período 586 millones de pesos. Si se mantiene el mismo caudal de pasajeros del año anterior, por cada boleto que se venda, el Estado aportará $ 2,03, un 20 por ciento más.


En el presupuesto para 2008, la cuenta para los subsidios era de 4.200 millones de pesos. Pero al finalizar diciembre, las transferencias las empresas de transporte público sumaron casi 6.000 millones de pesos, es decir que se ejecutó casi un 50 % más de lo que el Gobierno prometió gastar.






Un sector que tiene récord en quejas y en subsidios






El transporte es uno de los sectores de servicios públicos que más quejas recibe diariamente de parte de los usuarios y las asociaciones de consumidores. Sin embargo, es también uno de los que se lleva la mayor cantidad de subsidios estatales. La magnitud del aporte público es tan importante que, tanto en los trenes como en los subterráneos y los colectivos, el subsidio ha convertido el valor de la tarifa prácticamente en simbólico, en los últimos años. En algunos casos, lo que paga el Estado por cada boleto es más del doble que lo que pagan los usuarios. Según datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte y la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), los ferrocarriles y el subterráneo porteño tienen un subsidio promedio de 2,14 pesos por cada pasaje que se vende en las boleterías. En el caso de los colectivos, el Estado aporta $ 1,45 por cada boleto. Hay situaciones en que la brecha es bastante más amplia. Ocurre, por caso, en el ramal ferroviario Belgrano Sur, ahora controlado por el Estado, que recibe 13,21 pesos por cada boleto vendido al pasajero, lo que significa que, por cada 50 centavos que paga el usuario, el Tesoro nacional abona 26 veces más.


El ranking de los concesionarios que más reciben por pasajero es encabezado por el Belgrano Sur, con 13,21 pesos por boleto, seguido por el Roca, con 4,18 pesos. Más atrás aparecen Ferrovías y su ramal Belgrano Norte, con 3,15 pesos por pasaje. Luego siguen el San Martín, 2,68 pesos; el Mitre y el Sarmiento, operados por Trenes de Buenos Aires, con 1,89 pesos. Cierran la lista el subterráneo y el ramal Urquiza (Metrovías), con 0,93 pesos por boleto. En cuanto a los colectivos, un trabajo de la UADE destaca que, si se incluye el subsidio, el boleto argentino cuesta entre 2,30 y 2,50 pesos.






¿Qué se puede hacer con los transportes?






La bronca aumenta más que los subsidios por parte de usuarios cansados del mal trato e ineficacia en el servicio. Hay que salir media hora antes para a veces llegar tarde igual, se pierden premios por asistencia o directamente laburos. La caldera personal que es cada uno termina por explotar como en Haedo, Castelar y Merlo hace tres años y el año pasado.


La forma en que administran trenes, subtes, colectivos con tarifas altísimas, sin frecuencia confiable entre formación y formación, ni servicio nocturno, con un humillante hacinamiento en el traslado es tanto por la falta de inversión como por los oídos sordos que hace el gobierno que debería fiscalizar un correcto funcionamiento.


Los KK lejos de rechazar las privatizaciones menemistas se siguen beneficiando de ella como con los aranceles petroleros de sus amigos y “estatizando” como con en el caso del Agua y de Aerolíneas cuando no les queda otra porque se retiran ellos de la explotación no sin antes ser indemnizados generosamente.


Dejar servicios esenciales para el pueblo en manos de personas que solo buscan beneficiarse es como dejar al lobo a cuidar a las ovejas, o a Caperucita.


Todas las privatizadas deben ser expropiadas por el estado sin ningún tipo de indemnización, administradas por este y fiscalizadas por los usuarios.


Con esto no queremos decir que Kirchner es el lobo sino que es quien le da de comer.



jueves, 16 de febrero de 2012

Tres palabras

Tres palabras




Desde que me hice trosko,


allá por mis 17,


hice lo mejor que pude.


Milité, amé, estudié,


construí tres centros de estudiantes,


una comisión interna y media,


fui dos veces delegado,


me echaron, me peleé con todos,


me amigué con pocos,


recluté por docenas,


no olvidé ni perdoné,


escribí versos apagados y otros incendiados


puse el cuerpo


y la vida


en la Villa Martelli de Seineldin,


contra la patota de Sanidad,


en La Plata de la LES,


el 20 de diciembre en Plaza de Mayo.


Desnaufragué.


Un solo pelo de varias me arrastro más que yunta de bueyes.


No aprendí a hacer música


pero si a disfrutarla.


Me equivoqué, me volví a equivocar


Rebelé, revelé


Perseguí mis nueve lunas


y el rocío de su risa desvelada.


Conté cuentos y conté dolores


Hoy que ando medio cansado y perdido


hay tres palabras que me siguen marcando el camino:


revolución, compañera, poesía