Tres palabras
Desde que me hice trosko,
allá por mis 17,
hice lo mejor que pude.
Milité, amé, estudié,
construí tres centros de estudiantes,
una comisión interna y media,
fui dos veces delegado,
me echaron, me peleé con todos,
me amigué con pocos,
recluté por docenas,
no olvidé ni perdoné,
escribí versos apagados y otros incendiados
puse el cuerpo
y la vida
en la Villa Martelli de Seineldin,
contra la patota de Sanidad,
en La Plata de la LES,
el 20 de diciembre en Plaza de Mayo.
Desnaufragué.
Un solo pelo de varias me arrastro más que yunta de bueyes.
No aprendí a hacer música
pero si a disfrutarla.
Me equivoqué, me volví a equivocar
Rebelé, revelé
Perseguí mis nueve lunas
y el rocío de su risa desvelada.
Conté cuentos y conté dolores
Hoy que ando medio cansado y perdido
hay tres palabras que me siguen marcando el camino:
revolución, compañera, poesía
jueves, 16 de febrero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario