Desalojo
Mi inquilina no cumple sus promesas.
Las relaciones están cada vez peor.
No me paga ni el alquiler ni las expensas.
Voy a hacerle juicio, aunque le tengo temor.
No siempre nos llevamos tan mal,
al contrario, al principio nos quisimos.
No hasta el punto de llegarnos a amar
pero, a pesar de todo, ¡sobrevivimos!
Últimamente descuida tanto el hogar,
ya no se preocupa por ninguno de los dos.
Solo llora por lo que le pasa
y no escucha ni mis lágrimas, ni mi voz.
La veo tan triste y abandonada
como a mi casa, que ocupa sin paz y sin calma,
que terminó por contagiarme las ganas de nada.
Tras tantos años de relación me rindo, y me desalma,
mandarle un abogado Ella será echada.
Voy a desalojar a mi alma.
viernes, 8 de abril de 2011
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